La esperanza ante tanto modernito de mierda, carente de garra y nervio. Este tipo se atreve a plantarte un playback como la coma de un pino, y asistir a un show que será lo más punk que has visto en años.
Al dar tu primer paso por ese túnel engañoso, te puede evocar a un Ian curtis que ha regresado de las tinieblas o a un Scott Walker con graves trastornos psicológicos, pero conforme van aumentando las escuchas uno toma rienda de su propio criterio, dejando atrás cualquier referencia para corroborar que es tan único y genuino como la droga que te ofrece en cada corte. John Maus se encarga de disparar teclados y atmósferas atemporales, acompañadas por una voz de tal profundidad que quiebra el alma, afirmando que el amor es real y derechos para los gays.
We Must Become The Pitiless Censors Of Ourselves
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