sábado

Raquestistas ortodoxas


Eran otros tiempos donde la garra de estas mujeres no se veía impedida por raquetas de madera que  se astillaban en el dedo; séquito de poderosas, comandadas por la sabia anciana -que en caso de perder la partida, no dudaría  en romper las gruesas redes contra sus abultados moños.
Eran días en los que el deporte era algo genuino, y del que seguro hubiera prestado mayor atención.

¡Mamá, de mayor quiero ser raquetista profesional!

1 comentario:

  1. En ciertos aspectos no hay que dudar en ser un ortodoxo. Grandes entradas, gran blog!

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