Los mugrientos y miserables llevan tiempo sufriendo una serie de muertes y resureecciones que hacen creer en su posible desaparición a manos de su gran enemigo: la pereza.
No queremos justificarnos, pero queremos creer en que hay aún un motivo para seguir.
La fe nos acompaña.
jueves
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A veces cuesta hacerse al ritmo,
ResponderEliminares sólo, como muy bien habeis dicho,
una cuestión de fe.
Gracias por compartirlo con los demás.